La verdad nunca fue certera; la mentira, una bonita creación, una verdad bien creada. El creador de mentiras se mueve con sigilo, como un ladrón de guante oscuro. Se acerca de puntillas, rozando el suelo, porque él no camina, sino que planea. Con imperceptibles movimientos te va atrapando en su red hasta que ¡zas! lo consigue y una vez allí, no hay escapatoria posible.