lunes, 3 de diciembre de 2012

Creador de mentiras

La verdad nunca fue certera; la mentira, una bonita creación, una verdad bien creada. El creador de mentiras se mueve con sigilo, como un ladrón de guante oscuro. Se acerca de puntillas, rozando el suelo, porque él no camina, sino que planea. Con imperceptibles movimientos te va atrapando en su red hasta que ¡zas! lo consigue y una vez allí, no hay escapatoria posible.
Fuera de contexto, en remolinos en medio de una tela de araña; una tela de araña creada sutilmente a base de algodones de azúcar, de esos que venden en las ferias y fiestas de guardar; una tela de araña rosa, del color con que pintan las películas de amor hollywoodienses.

Y todo es bello –o terriblemente fantástico-.

El ladrón te saca a pasear, te exhibe como a un trofeo y tú sonríes y asientes. Cada vez más envuelta en esa tela, mejor no alzar la voz, porque tus palabras se convertirán en delirios, en balas que se dispararán contra ti. Y pasito a pasito vas cruzando la ligera línea que separa la sensatez de la locura, la estabilidad de la paranoia mental. Paras en seco, pones el freno de mano: ¿Qué está pasando? ¿Por qué he permitido convertirme en esto?

El ladrón pide clemencia: “Señor juez soy inocente, yo no elegí ser un bandido. Señor juez, lo hice con cariño, pero no tengo claro que sea la última vez que lo haga”.

El ladrón más elegante que se puede imaginar… 

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Gracias por tu comentario ;-)