martes, 30 de mayo de 2017

Pálpito

Sintió, de repente, un profundo y fuerte pálpito, y pensó que quizá estaría pensando en ella en ese momento. El suave mechón sobre la cara, la mano delicada sujetando la taza de té humeante, su mirada en recuerdos del futuro.

Había comenzado a disfrutar del olor matutino a café recién hecho, a abrir cada noche el tarro, aspirar el aroma y preparar la cafetera para la mañana siguiente. Pese a esta nueva actividad aromática, seguía sin apreciar su sabor en el paladar.

domingo, 28 de mayo de 2017

Por qué te vas

El día cansado trajo la metáfora de un cielo gris sostenido por el recuerdo de una canción que mi madre solía cantarme. Sentada a mi lado en mi cama, dibujando ternura en mi pelo: “…todas las promesas de mi amor se irán contigo…” . Yo me iba durmiendo, la escuchaba en una duermevela, mientras mis ojos caían al sonido de su voz y sus caricias. Un sonido tenue, casi una murmuración aterciopelada, que nada tenía que envidiar a la voz aniñada de Jeanette. El recuerdo duró solo unos instantes, pero más que un recuerdo, fue una sensación; cerré los ojos –fuertemente- intentado que el sentimiento no se escapara: empecé a sentir presión, humedad tras los párpados. Apreté los puños y me negué a dejarlo salir, a volver a ser débil. Pero también pensé que ser fuerte consistía en eso mismo: en relajarme, en fluir. Un hilo de sentimiento recorrió mi cara y me sentí feliz y triste. Triste y feliz.