martes, 28 de octubre de 2014

Un tiro en la sien

“…antes que el tiempo airado / cubra de nieve la hermosa cumbre…” 
Soneto XXIII, Garcilaso de la Vega 

Cuando se me caiga la baba, no te recuerde y el pulso tiemble, no lo dudes, pégame un tiro en la cabeza (elige el lado que más te guste). Y si te entra el temblor, puedes asfixiarme con una almohada mientras duerma, clavarme un puñal en el corazón o cortarme el cuello de un tajo (procura no ponerlo todo perdido).

Cuando no recuerde el verano en la playa, cuando no recuerde tu cara -cuando no te recuerde-, haz que mi cuello haga girar mi cuerpo colgado de una viga, que las sombras de la memoria me acompañarán en el último vals.

Cuando balbucee, emita sonidos ininteligibles, y la imposibilidad de comunicar lo jodida que es esta vida inunde estas cuatros paredes en las que me condenan a padecer el último aliento, acudo a la súplica: inyéctame veneno para ratas.

Cuando todo sea silencio, solo un zumbido constante y monótono, monótono y constante, en este ataúd de sábanas blancas convertidas en desahogo de esfínteres, te ruego de manera encarecida que vayas a la cocina y mezcles cianuro con zumo de tomate, sal y tabasco en un vaso de cristal alto con una pajita.

Olvidado el olvido y sentenciada al adiós.

3 comentarios:

  1. No mas poemas de bukowski, no mas árboles que explotan en naranja para luego desnudarse enteros,no mas lluvia furiosa contra las ventanas, para el sol solamente quedan..........39 días.

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  2. El exilio huele a río turbio, con aletas y cara de besugo, esperando por las tardes soleadas, 36 días...

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  3. http://www.ociolaspalmas.com/

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