domingo, 16 de agosto de 2015

Criptomnesia

Soy el cruce de varias generaciones, de experiencias vividas que otros nos han dejado, de paisajes que nunca visité, de aldeas que mis pies desnudos pasearon.

Soy el judío que saltó la alambrada y cruzó la Muralla China, Vasco de Gama surcando los mares embravecidos, Santa Teresa de Jesús bebiendo el zumo de uva clarificador.

La barrendera irlandesa en Nueva York, el ‘espalda mojada’ cruzando el río Bravo, el chico nicaragüense que perdió un brazo saltando al tren de los sueños. El garabato en el diario de una quinceañera, la lágrima que recorre la cara de una flamante viuda, el primer verso gongorino, el último experimento de Curie. 

Siento en mi cara el golpe de la mujer maltratada, el berrinche de un bebé en su cuna, la fugaz inyección letal. Por mis venas se filtra el brillo endemoniado de Ouro Preto, las codiciadas especias de las Indias, el petróleo que gotea sangre. 

Puedo entenderte en sefardí o suajili, darte una patada de kung-fu con mi máscara de luchador mejicano y revivir tu noche más interminable. La novia en el altar que se cansó de esperar, la madre de quintillizos, la recolectora de té.

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