miércoles, 18 de mayo de 2011

Brasil, meu Brasil!

La garoa nos recibe, esa suave llovizna nos indica que estamos en Sao Paulo, nuestra puerta a Brasil, el país que nunca duerme, el país de la feijoada y la farofa, el país donde la gente no baile samba, sino que la alegría la lleva en el cuerpo.

Sao Paulo y sus amplias avenidas, su circuito financiero y su barrio chino que nos descontextualiza. Padre Anchieta, canario de pura cepa, fundador de la ciudad, nos señala el pasado colonial. Dilma y Lula paseando de la mano por las favelas.

Reír, comer, beber, para luego volver a reír y caer en Belo Horizonte. Ya el nombre indica su belleza, pero no señala el carácter amable de sus gentes, la hospitalidad sin límites, la sonrisa eterna.

El mercado con sus frutas de colorines jamás imaginadas, agua de coco para refrescar. Cachaza y brigadero para alimentar el alma; pan de queso, pastel de camarones.

No se mira el calendario, porque aquí todos los días son feriados y no hacen falta excusas para celebrar, para recibir a los amigos con un abrazo de hermano.

Imágenes del viaje a Brasil

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