Sin querer, casi por casualidad (o por aburrimiento), encontré anoche una araña en mi cuarto. La vi, quizá fue producto de mi imaginación, pero la vi y luego la dejé de ver.
Cerraba las cortinas y me disponía a entrar en un sueño maravilloso, cuando de repente ahí estaba ella, apoyada plácidamente en el riel de la cortina. Me sobresalté, se sobresaltó; la miré fijamente, me miró desafiante. Corrí a la cocina en busca de un trapo con el que cometer el ‘aracnicidio’, pero cuando volví al cuarto había desaparecido. La busqué con sigiloso, temerosa de que pudiera saltarme a la cara (esto también lo pienso sobre los felinos), pero no la hallé. Volví a la cocina, busqué insecticida –no sé por qué-, no había. Cogí el spray quitagrasa y rocié todo el cuarto: el plan era matarla por asfixia y ‘pillarme un colocón’ aprovechando la rociada.
Apagué la luz, me dormí mirando el riel y sintiendo sus pequeños ojitos arácnidos en mí, pero no sentía miedo, solo paz y tranquilidad; descansé como un bebé, pero sin despertarme berreando de madrugada solicitando teta.
La he dejado de buscar. Me gusta sentir que está cerca, cuidándome, que cualquier día se vengará por mi intento de asesinato y me encapsulará en una tela de araña, pero aún así, sé que he encontrado una amiga.
Actualización 17/01/2015: La maté.
Actualización 17/01/2015: La maté.
Japón ....Augurio de mala suerte:
ResponderEliminarMatar una araña… por la mañana. En ésto hay diferencias de acuerdo al momento del día. Las arañas mañaneras traen buena suerte (no se te ocurra aplastarla de un zapatazo), pero las “siesteras” o vespertinas son malos bichos y se merecen el mejor de tus golpes.
Me comentan que han aumentado los casos de mordeduras de araña en Irlanda...desde que llegue a Cork la mato.
ResponderEliminarCrecen los casos en Irlanda de mordeduras de una araña procedente de Canarias